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Recomendaciones de Mannheim y Florencia
para la promoción de las lenguas nacionales europeas
Los cambios actuales en los niveles económicos y sociales afectan también a las lenguas europeas nacionales en tanto que variedades lingüísticas utilizadas en sus países respectivos como lenguas oficiales y cooficiales enseñadas y estudiadas en las instituciones educativas. En su ámbito de influencia estas lenguas garantizan el máximo de funciones lingüísticas y sustentan la identidad cultural de sus hablantes. Son reconocidas internacionalmente como lenguas standard. La integración europea representa simultáneamente un desafío y una oportunidad para las medidas de promoción de estas lenguas. Con el mantenimiento de la diversidad lingüística y el desarrollo y adaptación de las lenguas a las necesidades de comunicación del mundo moderno se preserva la riqueza cultural de Europa entendida como fundamento para una identidad europea.
Las siguientes Recomendaciones, elaboradas por miembros de instituciones centrales de investigación y planificación lingüística de varios estados europeos concretan los principios del desarrollo de la Unión Europea fundada sobre la diversidad cultural y lingüística tal como han sido plasmados en los tratados de Maastricht y de Amsterdam.
1
La enseñanza de los estándares lingüísticos es un cometido prioritario de las escuelas y las instituciones educativas. Debido a su gran difusión también los medios de comunicación y el uso lingüístico público tienen responsabilidades en este ámbito.
2
El objetivo de la enseñanza escolar de la primera lengua es la adquisición de una competencia oral y escrita que permita una total integración en la vida social. Es por ello que la enseñanza en la lengua oficial (o en las lenguas oficiales)de un país debe ser una asignatura obligatoria en todos los niveles.
3
La enseñanza de lenguas extranjeras contribuye también a mantener la diversidad lingüística europea. Este aprendizaje debe empezar a más tardar en la escuela primaria y adoptar criterios de calidad intereuropeos. Su objetivo es la capacidad de actuación oral y escrita en como mínimo dos lenguas extranjeras europeas así como la competencia de comprensión en otras lenguas europeas. Deberían fomentarse prioritariamente las lenguas utilizadas en los países vecinos.
4
Se animará al estudio de las lenguas y civilizaciones clásicas, teniendo particularmente en consideración su contribución a las lenguas y al patrimonio cultural de la Europa moderna.
5
Se apoyará a los inmigrantes en su esfuerzo por aprender como segunda lengua las lenguas oficiales del país en el que viven. Para ello niños y adultos recibirán una oferta educativa adecuada. Se debe respetar el derecho de los inmigrantes a mantener su primera lengua.
6
Con el fin de reforzar la conciencia lingüística así como la reflexión sobre la universalidad y la diversidad del fenómeno “lengua”, la enseñanza de la lengua y la literatura debe comprender también el análisis crítico de los usos y de la norma lingüística, la comparación de lenguas y la historia de la lengua.
7
Los intercambios escolares, tanto de alumnos como de enseñantes, deben se reforzados, las trabas administrativas deben ser reducidas.
8
Las investigaciones respecto a la enseñanza de la primera lengua y de las lenguas extranjeras deben sacar más provecho de las posibilidades ofrecidas por la cooperación europea.
9
Toda lengua oficial precisa de una cuidada descripción científica, de una atención continua y de un fomento específico en el respeto de sus particularidades y con la aceptación de su comunidad lingüística. Ésta es específicamente la tarea de las academias de la lengua y de las instituciones de investigación equiparables a ellas, que deberían tener la oportunidad de cooperar para ello a nivel europeo.
10
Se debe crear un consejo permanente de instituciones lingüísticas centrales de países europeos. Su tarea será facilitar el intercambio de información respecto a los objetivos y métodos de toda acción de política lingüística, así como promover y estimular investigaciones lingüísticas comunes.
Se invita a los Estados europeos a tener en cuenta estas Recomendaciones en su política lingüística para promover las lenguas europeas nacionales / oficiales de los países de la unión y favorecer así la permanencia de una Europa plurilingüe.